Despedida de un Amigo

Hace unos días nos ha dejado Álvaro Nogués, presidente de Agropelayo.

Álvaro, además de presidente, era un amigo. Mi relación con él no era solo la de Presidente-Director, sino que iba más allá. Esto ha hecho que el trabajo del día sea mucho mejor. Trabajar en un ambiente como el que creaba Álvaro era una gozada.

Los años que he trabajado con él han sido los mejores de mi vida laboral. Era de esas personas que cuando la veías entrar por la puerta, te alegrabas. Antes de entrar en mi despacho, siempre saludaba al resto de gente, y eso hacía que estas personas si sintieran bien.

En estas horas he podido comprobar lo querido que era por las personas con las que tenía contacto. Todas me transmitían lo mismo. Lo primero que decían era que no se lo creían, que no podía ser, para después lamentar que solo se van los buenos.

Esto dice mucho de cómo era Álvaro. Buena persona, cercana, pensando siempre en positivo, siempre alegre, con una sonrisa en la boca, es decir, una persona que traspasaba el límite profesional y entraba en el de la relación personal.

Lamento enormemente la manera en la que se ha ido porque no he podido despedirme de él, pero estoy contento de haber compartido con él todo este tiempo.

Por ello, si lee este mensaje, que sepa que le echamos mucho de menos y que ha dejado una huella imborrable en todos nosotros.

¡Hasta siempre amigo!

Rafael Sarrión

Un amigo de Álvaro